viernes 21 marzo, 2025

Albertina cumple 115 años: una historia alrededor del Parque, las piletas, los tranvias y las aguas

El barrio de Albertina, que hoy es uno de los más habitados de Lomas de Zamora, tiene una rica historia que data desde principios del siglo XX. En sus orígenes, la zona era una villa poco poblada, que en sus primeros años solo contaba con un destacamento policial, una escuela, una pequeña canchita de fútbol del club Mariano Moreno y una oficina de correos.

Durante aquellos tiempos, los fines de semana, la localidad cobraba vida con la visita de los vecinos de Lomas, que se dirigían a Albertina para disfrutar de un paseo campestre. Uno de los aspectos más característicos de la época fue el tranvía que unía a Banfield con Villa Albertina, lo que permitió conectar de manera más rápida y sencilla a estos barrios en pleno crecimiento.

El 28 de febrero de 1910 comenzó a correr el tranvía desde Banfield hasta Villa Albertina, a través de la Compañía Siritto. El recorrido iniciaba en la estación de trenes por la calle Gorriti hasta Sarmiento y su continuación Manuel Castro hasta Sáenz. Luego giraba en San Martín y cruzando bocacalles pasaba por la Escuela Nº14. Después tomaba la calle Castelli para internarse por los campos de quintas. Villa Albertina era en ese entonces el punto final del recorrido.

En el cuento “Conducta en los velorios”, Julio Cortázar narra, desde una mirada perspicaz, la historia de una familia que asiste al funeral de un vecino, describiendo con detalle las reacciones de cada miembro y los conflictos que emergen en ese momento tan intenso y cargado de emociones.

Dentro de esas líneas, existe un curioso pasaje donde aparece el nostálgico detalle que transporta al lector en tiempo y espacio: “una congoja infinita nos llene el pecho y nos recuerde cosas de la infancia, unos campos cerca de Villa Albertina, un tranvía que chirriaba al tomar la curva en la calle General Rodríguez, en Banfield”.

La referencia al tranvía en este cuento del célebre escritor no actúa solo como un pintorezco pormenor, sino también como un testimonio fiel de una época en la que Banfield y Villa Albertina estaban conectados de manera muy distinta de la que conocemos actualmente.

Hoy, Albertina cambió su fisonomía completamente y se convirtió en un centro urbano vibrante con viviendas y numerosos comercios a lo largo de su principal avenida. Sin embargo, el espíritu comunitario y la memoria histórica siguen vivas, como lo demuestra el festejo que unirá a generaciones de vecinos en una celebración de identidad y pertenencia.

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