Con una votación de 36 a 35, la oposición libertaria‑macrista fracasó en su intento de proscribir a Cristina Fernández de Kirchner; el peronismo celebró un revés clave para la agenda de Milei.
El tablero del Senado marcó un golpe inesperado para La Libertad Avanza y el PRO: el proyecto de Ficha Limpia cayó por un voto cuando los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut se desmarcaron y bloquearon la mayoría especial. La derrota dejó expuestas las fisuras del oficialismo, que necesitaba 37 voluntades para inhabilitar a la ex presidenta.
La bronca estalló en la bancada libertaria. “La casta misionera fue responsable de la derrota”, disparó Ezequiel Atauche, mientras sus socios macristas mascaban reproches internos. Desde las gradas, el festejo de Unión por la Patria se convirtió en un “¡Cristina Presidenta!” sostenido por bombos y banderas.
En la Casa Rosada reaccionaron con un comunicado escrito a toda velocidad: “La Oficina del Presidente condena la decisión del Senado de rechazar el proyecto de Ficha Limpia y permitir que los afiliados al Partido del Estado continúen impunes”. Javier Milei acusó a los senadores de “priorizar intereses personales”, pero las sospechas de una “derrota controlada” se multiplicaron entre los propios libertarios.
El bloque peronista había convertido la sesión en un escenario de denuncia política y jurídica. Wado de Pedro advirtió: “Ficha Limpia es la culminación de un método mafioso de proscripción de dirigentes”. Sus compañeras Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio sumaron críticas por la falta de interpelaciones a Karina Milei y Luis Caputo en el escándalo cripto \$LIBRA.
Sin la espada de la proscripción, Cristina Fernández de Kirchner quedó plenamente habilitada para competir en 2025. El kirchnerismo festeja un triunfo institucional que refuerza su narrativa de resistencia frente al proyecto “motosierra” y abre un nuevo capítulo en la disputa por el sentido de la democracia argentina.
