La Cámara de Diputados enfrenta una de sus sesiones más decisivas, donde se debatirá el veto presidencial al proyecto de financiamiento de universidades. Con el reloj marcando las 11:20, la incertidumbre y la tensión se apoderan del recinto. El Gobierno, liderado por Javier Milei, necesita entre 84 y 87 votos para asegurar el rechazo a la insistencia de la ley. Sin embargo, todavía hay 11 legisladores que mantienen su postura en duda, lo que hace que la definición sea aún más complicada.
El kirchnerismo se perfila como el principal bloque opositor, aportando la mayoría de los votos en contra del veto. A su vez, el PRO y La Libertad Avanza, junto con algunos aliados provinciales, se alinean para respaldar al oficialismo. El clima en los pasillos del Congreso indica que el Gobierno podría estar cerca de alcanzar la cifra necesaria para blindar el veto, aunque las ausencias y las indecisiones pueden alterar este equilibrio.
La situación se complica al recordar que en la sesión anterior sobre movilidad jubilatoria, la ausencia de varios diputados del PRO benefició a la oposición. Ayer, el jefe del bloque peronista, Germán Martínez, prometió una asistencia estricta de sus 99 diputados, lo que incrementa la presión sobre el oficialismo para que busque aliados adicionales. La votación no solo se trata de quién apoya, sino también de quién decide ausentarse, lo que podría jugar a favor del kirchnerismo.
Las miradas están puestas en los diputados clave de las provincias, como los tres misioneros de Passalacqua, los tres tucumanos de Jaldo y las dos sanjuaninas de Orrego. Las decisiones de estos legisladores serán determinantes en el desenlace. En este sentido, la postura de algunos aliados, como Oscar Zago, quienes no estarán presentes, añade un nivel extra de complejidad al escenario.
A medida que avanza la sesión, la tensión crece. La votación final podría resolverse por márgenes muy ajustados, con el futuro del financiamiento universitario en juego. En este contexto, cada voto cuenta y todos los ojos están atentos a cómo se desarrollará esta crucial jornada en el Congreso. La decisión que se tome hoy podría tener repercusiones significativas no solo para el sistema educativo argentino, sino también para la estabilidad política del actual gobierno.