domingo 26 enero, 2025

El Apóstol: la primera película animada de la historia fue argentina

El 9 de noviembre de 1917 se estrenó en Buenos Aires “El Apóstol”, la primera película de animación del mundo. Este largometraje mudo, escrito, producido y dirigido por Quirino Cristiani, un joven dibujante de origen italiano, es una pieza clave en la historia del cine. Con una duración de 70 minutos, la película marcó un hito al llegar 20 años antes que “Blancanieves y los siete enanitos” de Walt Disney, a menudo considerada como el primer largometraje de animación.

“El Apóstol” nació de una colaboración entre Cristiani y el productor cinematográfico Federico Valle, quien había contratado al dibujante para incluir caricaturas en sus cortometrajes informativos. Sin embargo, Valle buscaba algo más que simples imágenes fijas. Así, Cristiani se enfrentó al desafío de dar movimiento a sus dibujos, un reto que lo llevaría a crear una obra inédita para la época. La película se realizó con 58 mil dibujos hechos a mano y utilizó maquetas tridimensionales de emblemáticos edificios porteños como el Congreso Nacional y la Aduana de Buenos Aires. Estas maquetas fueron integradas en la narrativa, mostrando su destrucción como parte de la sátira política que caracterizaba al filme.

La trama de “El Apóstol” gira en torno al presidente argentino Hipólito Yrigoyen, presentado como un líder que, tras ser rechazado por el pueblo, asciende al Olimpo para pedir a Júpiter los rayos necesarios para limpiar la inmoralidad y corrupción de la ciudad de Buenos Aires. El enfoque satírico del largometraje reflejaba el contexto político de la época, donde las caricaturas y la crítica social eran una forma habitual de expresión.

Cristiani, nacido en Italia en 1896 y llegado a Argentina con solo cuatro años, se nacionalizó argentino y se convirtió en un pionero de la animación. Con su talento para las caricaturas, rápidamente se ganó un lugar en diversos diarios porteños, en un contexto donde la sátira política era parte de la cultura popular. En 1941, cuando Walt Disney visitó Argentina, quedó sorprendido al enterarse de que Cristiani había realizado toda la labor de animación de “El Apóstol” por sí mismo, moviendo y filmando cada dibujo cuadro por cuadro. Disney incluso le ofreció trabajo en sus estudios, oferta que Cristiani declinó.

Hoy en día, la película “El Apóstol” se considera perdida y solo se conocen fragmentos, siendo recordada como una obra maestra de la animación y un testimonio de la innovación técnica y creativa de Quirino Cristiani, cuyo legado sigue siendo una inspiración para cineastas y animadores de todo el mundo.

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