Con 20 partidos sin derrota, el conjunto del Rancho Taxco lidera en soledad la Liga Metropolitana de San Vicente y vuelve a encender la ilusión popular de un título que abrace a todo Lomas.
La primera rueda concluye y Arsenal de Llavallol se afirma en la cima con puntaje casi perfecto, producto de un juego solidario y frontal que refleja la identidad obrera del sur bonaerense. Cada partido reúne a familias enteras en la tribuna de madera; el aliento se mezcla con olor a choripán y la vieja bandera “fútbol y trabajo” flamea como en los tiempos de los Torneos Evita.
El invicto de veinte presentaciones crece gracias a una defensa que muerde en cada cruce y a un mediocampo que presiona alto, recupera y distribuye con criterio. Ricardo Figueroa, técnico surgido del potrero local, apuesta por presionar desde el minuto cero y liberar a los dos extremos para lastimar por las bandas, fórmula que ya dejó sin respuesta a rivales de mayor presupuesto.
“Somos once vecinos que dejamos todo por los colores y por nuestra gente”, repite el capitán en cada micrófono apenas suena el pitazo final; la frase sintetiza un proyecto que crece sin inversionistas externos y con el aporte cotidiano de los socios, empeñados en mejorar el predio y sostener las divisiones juveniles.
La tabla muestra a Arsenal separado por cinco puntos de su perseguidor inmediato y, mientras la hinchada se ilusiona con repetir la gesta del año pasado, el plantel prefiere bajar el tono: próximo domingo visita a Defensores de Domselaar, un escollo que exige máxima concentración. Si el equipo mantiene la mística y el barrio sigue empujando, el sueño del campeonato puede transformarse en un nuevo grito de fiesta popular para todo Llavallol.