Javier Califano para Diario Lomas
Héctor Germán Oesterheld, guionista y escritor, recordado como uno de los máximos exponentes de la historieta nacional. Su obra más reconocida, El Eternauta, sigue vigente como un símbolo de resistencia y de lucha colectiva. El 27 de abril de 1977, Oesterheld fue secuestrado por la dictadura militar en La Plata. A 48 años de su desaparición, su figura permanece en la memoria colectiva.
Desde los años 50, Oesterheld marcó un antes y un después en el mundo de la historieta con publicaciones como Misterix, Hora Cero y Frontera. Entre sus creaciones más emblemáticas se encuentran personajes como el Sargento Kirk y Bull Rocket. Sin embargo, fue El Eternauta la obra que definió su trayectoria artística y su compromiso social.

La propuesta de Oesterheld revolucionó la historieta argentina al centrar sus relatos en héroes colectivos, ciudadanos comunes enfrentando situaciones extraordinarias. El Eternauta retrata una Buenos Aires asediada por una nevada mortal y una invasión alienígena, donde la resistencia surge de la solidaridad y el esfuerzo conjunto. Su mensaje se transformó en una referencia cultural.
A lo largo de su carrera, el autor mostró un interés sostenido por temas como el colonialismo, el imperialismo y las injusticias sociales. Con el paso del tiempo, sus obras reflejaron una postura política cada vez más clara. Este compromiso lo llevó a involucrarse de manera activa en la militancia durante los años más convulsionados de la historia argentina.
Durante la década del 70, Oesterheld se unió a la organización Montoneros, adoptando una postura militante frente a la creciente represión estatal. En ese mismo período escribió una segunda parte de El Eternauta, de contenido más explícitamente político. Esta obra, distribuida de manera clandestina, profundizaba en las amenazas a la libertad y a la justicia social.

La persecución política y la violencia institucional marcaron los últimos años de la vida de Oesterheld. El 27 de abril de 1977 fue secuestrado por fuerzas armadas y trasladado a centros clandestinos de detención. Distintos testimonios de sobrevivientes afirman haberlo visto en condiciones de extrema vulnerabilidad hasta su desaparición definitiva.
El contexto de su desaparición fue aún más doloroso: sus cuatro hijas, también militantes, fueron asesinadas durante la dictadura, dos de ellas estando embarazadas. La tragedia familiar de Oesterheld refleja la dimensión personal del terrorismo de Estado en Argentina. Hasta hoy, se desconoce el destino final del escritor.
El Eternauta II, su última gran obra, quedó inconclusa mientras se encontraba en la clandestinidad. En este guion, Oesterheld plasmó una mirada aún más crítica sobre los mecanismos de dominación y sobre la necesidad de la resistencia popular. Su producción literaria y política quedó marcada por las circunstancias históricas de su tiempo.
El guionista logró trascender su propia época, dejando un legado que sigue despertando interés en nuevas generaciones. Sus textos, en especial El Eternauta, son reinterpretados en distintos contextos políticos y sociales, reafirmando su vigencia. La figura de Juan Salvo, su protagonista, se convirtió en un emblema de lucha y de esperanza.
A pesar de la violencia y la censura de aquellos años, la obra de Oesterheld sobrevivió y creció en reconocimiento. Fue redescubierta y reivindicada con el retorno de la democracia y ocupa hoy un lugar central en la cultura argentina. Numerosos homenajes, reediciones y adaptaciones recuerdan su contribución a la literatura y la memoria colectiva.

El aniversario 48 de su desaparición invita a volver sobre su vida y su obra, así como a reflexionar sobre el impacto de su compromiso social. Héctor Germán Oesterheld es recordado no solo por su talento creativo, sino también por su decisión de acompañar con su palabra las causas que consideró justas.
Hoy, su nombre se mantiene vivo entre lectores, artistas, familiares y organizaciones que reivindican su figura. Su historia forma parte de las memorias que impulsan la defensa de los derechos humanos en Argentina y en el mundo, recordando el valor de la palabra frente a la violencia y el olvido.