En medio de una creciente tensión entre el Gobierno y los sindicatos del sector aeronáutico, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció que se están llevando a cabo negociaciones con varias compañías latinoamericanas para ceder el control de Aerolíneas Argentinas. La medida se produce en respuesta a los paros convocados por el sindicato de Pilotos, que la semana pasada afectaron a cerca de 40 mil pasajeros, y otros movimientos de protesta que podrían continuar. “Si las extorsiones de los gremios persisten, esta es una posibilidad real”, declaró Adorni en una conferencia de prensa.
El vocero enfatizó que la gestión de Javier Milei está decidida a terminar con los “privilegios de la casta aeronáutica”. “En una empresa privada, si haces un paro y complicas la operatoria, te echan”, subrayó, señalando que la intención es aplicar el mismo principio a quienes realizan medidas de fuerza que afectan la vida de los ciudadanos. Esta retórica refleja un enfoque confrontativo hacia los sindicatos, que se ha intensificado desde la llegada del nuevo gobierno.
Sin embargo, la privatización de Aerolíneas Argentinas enfrenta obstáculos legales, ya que requiere una ley del Congreso. Si bien el Gobierno había intentado incluirla en la Ley Bases, quedó fuera tras negociaciones con bloques opositores. Esta situación plantea interrogantes sobre la viabilidad de los planes del Ejecutivo, que busca acelerar el proceso mientras enfrenta huelgas y conflictos laborales en el sector.
La ofensiva del Gobierno coincide con un paro del personal de tierra de ATE, aunque por el momento no afecta a los vuelos. Además, el secretario de Transporte anunció acciones legales contra el líder de ATE, Rodolfo Aguiar, por incitar al temor público. Mientras tanto, se prevé una asamblea del gremio de pilotos, que podría intensificar el conflicto. Adorni advirtió que, ante la intransigencia de los sindicatos, el Gobierno tomará medidas drásticas, reafirmando su compromiso con el “orden” en el sector aeronáutico.