Septiembre es el mes de la historieta en Argentina, y no se puede hablar de este arte sin rendir tributo a la figura de Héctor Germán Oesterheld, uno de los guionistas más influyentes y trágicamente emblemáticos del país. Nacido el 23 de julio de 1919 en Buenos Aires, Oesterheld no sólo dejó un legado imborrable en la cultura popular con obras como El Eternauta, sino que también su vida personal y política estuvo marcada por una tragedia que se entrelaza con uno de los períodos más oscuros de la historia argentina.
Oesterheld comenzó su carrera en las páginas de revistas como Misterix y Hora Cero, donde creó personajes inolvidables como Bull Rocket y Sargento Kirk. Sin embargo, fue con la publicación de El Eternauta el 4 de septiembre de 1957, que su nombre quedó grabado para siempre en la memoria cultural del país. La historia de la resistencia liderada por Juan Salvo en un Buenos Aires invadido por fuerzas extraterrestres no sólo atrapó a miles de lectores, sino que también se convirtió en una metáfora del heroísmo colectivo, una de las ideas que Oesterheld promovía fervientemente.
En lo personal, Oesterheld y su familia compartieron una vida marcada por la militancia política, especialmente durante los años de la última dictadura cívico-militar argentina. Héctor, junto a sus cuatro hijas –Estela, Diana, Beatriz y Marina–, abrazó la lucha por un país más justo, una causa que lo llevó a involucrarse profundamente con la Juventud Peronista y, más tarde, con Montoneros. Esta militancia, sin embargo, tuvo un costo devastador. Una a una, las hijas de Oesterheld fueron desaparecidas, víctimas de la brutal represión estatal, y él mismo fue secuestrado en abril de 1977. Su destino final, al igual que el de miles de detenidos-desaparecidos, sigue envuelto en la incertidumbre.
La vida de Oesterheld es una historia de resistencia y tragedia, reflejo de un país que luchaba por definirse en medio de la represión. Sin embargo, su obra perdura, y con ella, la memoria de un hombre que, con su pluma, construyó mundos que resonaron con las esperanzas y los miedos de una nación. En este septiembre de historieta, desde Diario Lomas recordaremos a Oesterheld no sólo como un pionero del género, sino también como un símbolo de la inquebrantable búsqueda de justicia. Y aunque la tragedia marcó su vida y la de su familia, su legado sigue siendo fuente de inspiración, recordándonos que la resistencia colectiva es, después de todo, la verdadera heroína de cualquier historia.