El 19 de octubre de 1928 nació Patoruzú, un personaje emblemático de las historietas argentinas que marcó generaciones y se posicionó entre los grandes íconos del cómic mundial. Creado por Dante Quinterno, quien con apenas 18 años lo incluyó en la serie Aventuras de Don Gil Contento publicada en la contratapa del diario Crítica, el indio tehuelche rápidamente trascendió su debut inicial, convirtiéndose en un referente cultural que dejó huella durante más de seis décadas.
A diferencia de otros superhéroes internacionales como Superman, Patoruzú rompió con el estereotipo del superhéroe convencional. De aspecto sencillo, con nariz prominente, espalda encorvada y las piernas arqueadas de un hombre de a caballo, el cacique combinaba una enorme bondad con una inmensa fortuna. Dueño de media Patagonia y descendiente de la ficticia dinastía Patoruzek, el personaje representaba, además, un retrato de las costumbres y tradiciones argentinas, lo que consolidó su popularidad.
En sus años de mayor éxito, la revista Patoruzú llegó a vender más de 300 mil ejemplares semanales, marcando un récord en la industria editorial del país. La fama del cacique no se limitó al papel: también protagonizó adaptaciones en cine, programas de radio y diversos productos de merchandising. Si bien nunca se publicó como personaje fuera de la Argentina, su impacto fue reconocido internacionalmente.
La evolución del personaje continuó en el diario El Mundo, donde Patoruzú debutó oficialmente en 1935, acompañado por su inseparable padrino Isidoro Cañones. Desde entonces, Patoruzú se consolidó como un “superhéroe” a la argentina, alcanzando un estatus de figura icónica que representa no solo la historia de la historieta nacional, sino también una parte de la identidad cultural del país.
A propósito de su creador, el entonces joven Dante Quinterno, el propio Walt Disney convocó a lo convoco en 1942, por intermedio del pintor Florencio Molina Campos, para colaborar en la creación de los paisajes que darían vida a Bambi, inspirándose en los bosques de arrayanes de la isla Victoria, en el sur argentino.
A casi un siglo de su creación, Patoruzú sigue vigente en el imaginario colectivo como un símbolo de los valores tradicionales, uniendo generaciones y manteniendo su lugar entre los grandes personajes de la narrativa gráfica mundial.
Patoruzú, el héroe criollo de la historieta argentina cumple 96 años
El 19 de octubre de 1928 nació Patoruzú, un personaje emblemático de las historietas argentinas que marcó generaciones y se posicionó entre los grandes íconos del cómic mundial. Creado por Dante Quinterno, quien con apenas 18 años lo incluyó en la serie Aventuras de Don Gil Contento publicada en la contratapa del diario Crítica, el indio tehuelche rápidamente trascendió su debut inicial, convirtiéndose en un referente cultural que dejó huella durante más de seis décadas.
A diferencia de otros superhéroes internacionales como Superman, Patoruzú rompió con el estereotipo del superhéroe convencional. De aspecto sencillo, con nariz prominente, espalda encorvada y las piernas arqueadas de un hombre de a caballo, el cacique combinaba una enorme bondad con una inmensa fortuna. Dueño de media Patagonia y descendiente de la ficticia dinastía Patoruzek, el personaje representaba, además, un retrato de las costumbres y tradiciones argentinas, lo que consolidó su popularidad.
En sus años de mayor éxito, la revista Patoruzú llegó a vender más de 300 mil ejemplares semanales, marcando un récord en la industria editorial del país. La fama del cacique no se limitó al papel: también protagonizó adaptaciones en cine, programas de radio y diversos productos de merchandising. Si bien nunca se publicó como personaje fuera de la Argentina, su impacto fue reconocido internacionalmente.
La evolución del personaje continuó en el diario El Mundo, donde Patoruzú debutó oficialmente en 1935, acompañado por su inseparable padrino Isidoro Cañones. Desde entonces, Patoruzú se consolidó como un “superhéroe” a la argentina, alcanzando un estatus de figura icónica que representa no solo la historia de la historieta nacional, sino también una parte de la identidad cultural del país.
A propósito de su creador, el entonces joven Dante Quinterno, el propio Walt Disney convocó a lo convoco en 1942, por intermedio del pintor Florencio Molina Campos, para colaborar en la creación de los paisajes que darían vida a Bambi, inspirándose en los bosques de arrayanes de la isla Victoria, en el sur argentino.
A casi un siglo de su creación, Patoruzú sigue vigente en el imaginario colectivo como un símbolo de los valores tradicionales, uniendo generaciones y manteniendo su lugar entre los grandes personajes de la narrativa gráfica mundial.