El 8 de enero marcó el 117 aniversario de la inauguración de las estaciones ferroviarias Ingeniero Budge y Villa Fiorito, en Lomas de Zamora. Estas estaciones formaron parte del primer tramo del Ferrocarril Midland, que conectaba Puente Alsina con Aldo Bonzi, un proyecto impulsado por Eduardo Casey con el propósito de facilitar el transporte de mercancías al Mercado de Frutos de Avellaneda.
La estación Ingeniero Budge, originalmente llamada La Noria, cambió su nombre en homenaje al ingeniero Oliver Budge, primer presidente del Midland y responsable del diseño de su trazado. Durante su historia, esta estación vivió momentos de esplendo, como transporte de trabajadores de frigoríficos y metalúrgicas que se dirigían a Puente Alsina y Avellaneda. En 1995, un incendio intencional destruyó su edificio original, años más tarde su funcionamiento quedó limitado, y en 2017 dejó de operar tras un descarrilamiento que marcó el ocaso del ramal.

Por su parte, Villa Fiorito, ubicada como anteúltima parada del recorrido, conserva una historia marcada por su conexión con el barrio y su transformación en un espacio cultural. En 1999, muchos de los elementos ferroviarios originales fueron retirados, y el edificio comenzó a utilizarse como un centro cultural, ofreciendo actividades como apoyo escolar, clases de baile y murga. Esta estación, además, tiene un vínculo especial con Diego Maradona, quien dejó su firma en el cartel nomenclador en 2008, un gesto simbólico que marcó la memoria colectiva del lugar.

El ramal Puente Alsina – Aldo Bonzi, que incluía estas estaciones, enfrentó su último viaje el 4 de agosto de 2017. Un descarrilamiento provocado por el anegamiento de las vías dejó fuera de operación el servicio ferroviario. Desde entonces, el ramal permanece suspendido, sin una fecha oficial de clausura, pero también sin señales de reactivación por parte de las autoridades.
A pesar de la inactividad, el ramal sigue siendo un símbolo vivo para los vecinos. Diversos grupos realizan tareas de mantenimiento en las vías, con la esperanza de que el tren vuelva a circular algún día. Este esfuerzo comunitario refleja el valor histórico y emocional que estas estaciones representan para quienes habitan la zona.
El paso del tiempo ha dejado su marca en Ingeniero Budge y Villa Fiorito, pero su legado permanece como parte del patrimonio ferroviario y cultural de Lomas de Zamora. Su historia es una ventana al desarrollo de la región y a los cambios que moldearon a estas comunidades, que aún hoy recuerdan el sonido del tren como parte de su identidad.