Héctor Germán Oesterheld, el nombre que resuena con fuerza en los cimientos de la historieta argentina moderna, es mucho más que el creador de El Eternauta, esa obra monumental que trasciende generaciones. Oesterheld, nacido en Buenos Aires el 23 de julio de 1919, de padre alemán y madre de ascendencia española, no solo fundó en 1957, junto a su hermano Jorge, la Editorial Frontera, sino que también consolidó un espacio para la historieta nacional con personajes icónicos como Sargento Kirk y Bull Rocket. Sin embargo, fue la creación de Juan Salvo, el protagonista de El Eternauta, lo que definió su legado como un escritor adelantado a su tiempo.
Para Juan Sasturain, escritor y colega del guionista, Oesterheld fue “un hombre que estuvo a la altura de lo que creía, que entendía que la aventura no era algo dado, sino que debía ser generada en el tiempo”. Oesterheld, en su magistral manejo de la ciencia ficción, supo plasmar en El Eternauta no solo una historia épica, sino también un profundo mensaje social: “El único héroe válido es el héroe en grupo”. Un concepto que se transformó en el corazón mismo de la narrativa argentina.
Oesterheld, quien también fue un ferviente militante político, fue secuestrado y desaparecido por la dictadura militar el 27 de abril de 1977. Durante su cautiverio, soportó la noticia de la muerte de sus cuatro hijas, una de las crueldades que sus captores le infligieron. Pero su desaparición no logró acallar su legado. Testimonios como el de Eduardo Arias, que compartió cautiverio con él, narran la humanidad y la entereza del guionista en los momentos más oscuros.
A fines de los años setenta, su desaparición comenzó a tomar relevancia en medios y publicaciones independientes, visibilizando la tragedia que envolvía a Oesterheld y su familia. Pero fue la tapa icónica de la revista Feriado Nacional en 1983, el arte de Félix Saborido, donde los personajes creados por Oesterheld encabezan una marcha preguntando por el paradero de su creador. La portada dibujada por Saborido, inmortalizó la figura de Oesterheld en el imaginario colectivo como símbolo de resistencia.
La crisis del 2001 reavivó el mito de El Eternauta, y la figura de Oesterheld volvió a cobrar vida en las calles a través del Nestornauta, que sintetiza en la figura del presidente Nestor Kirchner y en el popular personaje de historietas creado por Oesterheld, una consigna de resistencia al capitalismo y actualización de los vocablos revolucionarios. esto se puede ver en todo el arte callejero post 2001 recuperando también el horizonte militante que Oesterheld defendía, utilizando su legado como un faro de resistencia al neoliberalismo.
Hoy, Héctor Germán Oesterheld es más que el padre de la historieta argentina. Su vida, marcada por la tragedia y la lucha, sigue resonando en cada página de El Eternauta, en cada mural que lo evoca y en cada lucha social que reivindica su nombre. ¿Dónde está Oesterheld? En la memoria de un país que nunca olvidará al héroe que supo crear.
