El recital gratuito que Milo J iba a ofrecer este miércoles por la tarde en el Espacio de Memoria y Derechos Humanos ex ESMA se suspendió tras una medida cautelar solicitada por el Gobierno. La noticia causó conmoción entre los jóvenes que esperaban ansiosos en una fila de tres cuadras para presenciar el espectáculo del rapero. A raíz de esta anulación, agrupaciones de Derechos Humanos se reunieron frente a la ex ESMA para repudiar lo sucedido y exigir la libre expresión artística.
En conferencia de prensa, H.I.J.O.S. expresó su indignación por la suspensión del recital, que iba a ser libre y gratuito, y al que más de 15 mil personas se habían inscrito. “Censuraron el recital de Milo J, aquí en el predio de la ex ESMA, que iba a ser libre y gratuito”, señalaron desde la organización, y agregaron que el Gobierno tomó la decisión de censurar a los artistas que “apuestan a la cultura, la memoria y que tienen cosas para decir”.
Aldana Ríos, madre y manager de Milo J, se refirió a la “celeridad de la justicia” que actuó para suspender el recital de su hijo, al que calificó como un “pibito de barrio de 18 años que lo único que hace es arte”. Además, hizo hincapié en la presión y extorsión sufrida: “Me sorprende la facilidad con la que nos extorsionaron y llenaron el lugar de camiones hidrantes, policías, motos”, afirmó, destacando que se les advirtió sobre una posible represión a los jóvenes que esperaban ingresar.
Ríos también subrayó que no era la primera vez que Milo J realizaba un show gratuito, pero sí era la primera vez que se le censuraba. “La velocidad con la que trajeron los camiones con los que nos extorsionaron con reprimir a chicos que tenían un promedio de 15 años”, lamentó, y añadió que el recital no tenía ningún fin político ni partidario, sino que se trataba de un espacio de memoria que generaba contención para el artista y su público.
Durante el acto en la ex ESMA, miembros de organizaciones como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nietes y el sobreviviente de la ESMA, Manuel Fernando Franco, también se pronunciaron en contra de la suspensión del recital y criticaron la arbitrariedad de la decisión. Una joven de la entidad Nietes relató que los jóvenes, que habían pasado dos noches bajo la lluvia para asistir al evento, se fueron llorando al entender que la medida fue “arbitraria”.
Ríos tambiéndestacó que el evento no costó un solo centavo al Estado, ya que los fondos para el escenario salieron del bolsillo de Milo J, quien había organizado el recital como una actividad gratuita para su público. “Es gravísimo que le tengan miedo a un chico de 18 años”, concluyó, llamando a reflexionar sobre la censura a la libre expresión artística en el país.