En el cuarto mes de 2025, el salario mínimo en Argentina cayó un 0,8% y marcó el nivel más bajo desde la salida de la crisis de 2001-2002, según un informe de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet. El poder adquisitivo del salario mínimo acumuló una caída del 32% entre noviembre de 2023 y abril de este año, reflejando el profundo impacto de la inflación y las políticas económicas del gobierno actual.
El reporte, elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) y coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, detalla que la contracción del salario real comenzó en diciembre de 2023, con una baja del 15%, seguida por una aún mayor en enero de 2024, del 17%.
Aunque entre marzo y julio de 2024 hubo períodos donde los aumentos nominales acompañaron la inflación, evitando más retrocesos, a partir de agosto se registraron nuevas caídas. Así, en abril de 2025, el salario mínimo real acumuló una pérdida del 32% en comparación con noviembre de 2023, alcanzando valores incluso por debajo de los de 2001. Además, representa una erosión del 62% respecto del valor máximo alcanzado en septiembre de 2011.
El estudio también señala que hasta enero de 2025, la remuneración promedio de los asalariados registrados del sector privado mostraba una tendencia similar, aunque con una leve recuperación desde abril de 2024. En febrero de 2025, sin embargo, apenas subió un 0,3%, el aumento más bajo desde que comenzó a repuntar. El salario promedio nominal fue de $1.569.990, mientras que la mediana alcanzó $1.229.900.
Estos números confirman que, pese a algunos ajustes nominales, los ingresos de los trabajadores pierden cada vez más frente a la inflación, dejando a amplios sectores en una situación crítica.