El Centro Cultural Haroldo Conti, ubicado en el predio de la ex ESMA, este sábado fue escenario de un festival masivo organizado por sus trabajadores como protesta contra el anuncio de cierre y despidos realizados por el Gobierno nacional. La medida incluye el cese de 2.400 contratos en el Ministerio de Justicia, de los cuales 400 pertenecen a áreas vinculadas con Derechos Humanos.
La actividad, realizada frente al edificio, reunió a una gran cantidad de asistentes que se congregaron para respaldar el reclamo de los trabajadores del centro cultural. La consigna del evento, “Sin trabajadores no hay memoria”, buscó visibilizar el impacto de las medidas anunciadas, que incluyen la reestructuración y el cierre temporal del espacio por decisión del secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños.
Referentes de organismos de derechos humanos, artistas y representantes de diversos sindicatos formaron parte de la jornada. Entre ellos, se destacaron figuras como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, y músicos de renombre como Liliana Herrero y Juan Falú, quienes ofrecieron su apoyo a los trabajadores afectados. Además, se hicieron presentes banderas de sindicatos como Sipreba, Aerolíneas Argentinas y el Hospital Bonaparte, así como de organismos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
El cierre del festival estuvo marcado por un emotivo discurso de Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. “Hoy estamos acá con estas velas para seguir iluminando el camino que vamos a continuar”, expresó Almeida, quien además reafirmó el compromiso con la memoria y la justicia y pidió a los presentes no abandonar la lucha.
Por su parte, los trabajadores denunciaron que la medida no solo pone en riesgo sus empleos, sino también el rol del centro cultural como espacio dedicado a la promoción de la memoria, la cultura y los derechos humanos. Destacaron la importancia de que el Conti continúe operando como un lugar abierto a la comunidad, especialmente en un contexto político y social complejo.
La jornada cerró con una clara muestra de unidad entre trabajadores, artistas y organizaciones de derechos humanos. El mensaje colectivo fue contundente: defender la memoria y garantizar que los espacios como el Centro Cultural Haroldo Conti permanezcan activos, cumpliendo con su misión histórica y cultural.