El Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina creció un 3,9% en el tercer trimestre de 2024 respecto al trimestre anterior, según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). A pesar de este repunte, la comparación interanual muestra una caída del 2,1%, lo que refleja la persistencia de dificultades en sectores clave de la economía, como la industria y la demanda interna.
La industria fue uno de los sectores más afectados, con una disminución del 5,9% interanual. Este retroceso impactó la producción y frenó el crecimiento general del PIB. Sin embargo, el sector agropecuario experimentó un notable crecimiento del 13,2%, lo que compensó parcialmente las pérdidas en la industria y aportó un respiro a la economía.
El consumo privado y público también sufrieron caídas importantes. El consumo privado se redujo un 3,2% y el público descendió un 4,0%, lo que refleja la contracción en la demanda interna y el impacto de las políticas económicas implementadas por el gobierno. Además, la formación bruta de capital fijo, un indicador de inversión, registró una caída alarmante del 16,8%, especialmente en sectores como la construcción y la maquinaria.
Por otro lado, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron un 20,1%, lo que proporcionó un impulso al crecimiento del PIB. A nivel interno, el consumo privado mostró una leve recuperación al crecer un 4,6% en comparación con el trimestre anterior, mientras que las importaciones aumentaron un 9,1%, lo que indica una mayor demanda de productos extranjeros.
A pesar de los aumentos en las exportaciones y la leve recuperación en el consumo privado, la inversión sigue siendo un área problemática. La caída en la formación bruta de capital fijo, especialmente en la construcción, y el aumento de los componentes importados en el sector de transporte reflejan una economía aún marcada por la incertidumbre y la falta de inversión sostenible.