En medio de las críticas y denuncias de referentes de derechos humanos, como Estela de Carlotto, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Alberto Baños, negó que el gobierno tenga planes de cerrar el Espacio de Memoria de la ex ESMA. Sin embargo, confirmó que se están implementando cambios en las dependencias del predio bajo lo que definió como una “reestructuración interna”. Estas declaraciones surgieron tras la preocupación expresada por Abuelas de Plaza de Mayo y el sindicato ATE sobre el posible desmantelamiento de políticas públicas en el área.
Durante una entrevista con Ámbito, Baños aseguró que no solo no se cerrará la ex ESMA, sino que se buscará fortalecerla. El funcionario destacó que se trasladarán al predio instituciones como el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Además, anunció que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, visitará el espacio en las próximas semanas para supervisar las medidas implementadas.
Las críticas surgieron, en gran parte, por el cierre temporal del Centro Cultural Haroldo Conti, ubicado en la ex ESMA, comunicado a los trabajadores a través de un mensaje de WhatsApp el último día del año. En el mensaje, se mencionaba un “análisis de la programación” como parte de un proceso de reorganización. Este anuncio generó preocupación entre trabajadores y organizaciones, quienes temen que la medida se convierta en un cierre definitivo del espacio cultural.
Baños defendió la decisión afirmando que el cierre temporal es necesario para reestructurar equipos y planificar el funcionamiento futuro del centro. Según el funcionario, “no se podía hacer todo eso con la gente en la puerta”, aludiendo a conflictos gremiales y la necesidad de evaluar nuevas estrategias. Sin embargo, las explicaciones oficiales no lograron calmar los reclamos de trabajadores y referentes de derechos humanos, quienes señalan que esta medida podría significar un retroceso en las políticas de memoria.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denunció también despidos masivos en la Secretaría de Derechos Humanos durante diciembre, lo que intensificó los conflictos en el sector. En ese marco, trabajadores del Haroldo Conti exigieron la reincorporación inmediata de los despedidos, argumentando que la continuidad laboral es fundamental para garantizar la operatividad y los objetivos históricos de la institución.
El Espacio de Memoria de la ex ESMA sigue siendo un punto clave para la lucha por los derechos humanos y la memoria colectiva en Argentina. Mientras el gobierno insiste en que no se trata de un cierre, sino de una reorganización, los sindicatos y organizaciones de derechos humanos se mantienen en alerta y en lucha, exigiendo transparencia y un compromiso real con el fortalecimiento de estas políticas.