lunes 24 marzo, 2025

El consumo de carne vacuna alcanza su nivel más bajo en más de un siglo

El consumo de carne vacuna en el país cayó a su punto más bajo desde 1920, con un promedio de 47,7 kilos por persona al año en 2024, lo que representa una disminución del 9% respecto al año anterior, según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA). Esta histórica baja refleja no solo los efectos de la crisis económica, sino también un cambio en los hábitos alimenticios de los argentinos, que optan por productos más accesibles y económicos.

En contraste, el consumo de carne aviar superó por primera vez al de carne vacuna, alcanzando los 49,3 kilos per cápita, impulsado por su precio más bajo. Con el costo de un kilo de carne vacuna, los consumidores pueden comprar hasta tres kilos de pollo, lo que convirtió a este producto en la opción preferida en las mesas de muchas familias.

El consumo de carne de cerdo también registró un aumento significativo, alcanzando los 17,7 kilos per cápita en 2024. Su menor costo favoreció su inclusión en la dieta diaria, desplazando incluso a la carne vacuna en algunas preparaciones tradicionales, como las milanesas.

Por su parte, el consumo de huevos experimentó un auge notable, alcanzando las 352 unidades anuales por persona. Este aumento refleja la búsqueda de proteínas más accesibles, en un contexto donde el poder adquisitivo de muchas familias se redujo drásticamente.

Los cambios en los hábitos de compra también resultan evidentes. Ante la crisis económica, los consumidores priorizan cortes más rendidores y accesibles, como bife de chorizo sin hueso, hígado, mondongo y entraña. Además, las promociones bancarias, como las ofrecidas por Banco Provincia con Cuenta DNI y Banco Nación, fueron claves para mantener el consumo, generando picos de demanda en los días de descuento en carnicerías.

Esta caída en el consumo de carne vacuna se enmarca en una retracción más amplia del consumo masivo en Argentina, que se redujo un 14% en 2024. Otros productos como la leche y la yerba mate también tuvieron descensos significativos, alcanzando niveles históricos bajos. El consumo de leche, por ejemplo, llegó a su nivel más bajo en 34 años, mientras que el de yerba mate cayó al mínimo desde 2016, según un informe de las fundaciones Encuentro e Innovación con Inclusión.

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