El sueño de la casa propia se vuelve cada vez más inalcanzable para miles de familias argentinas. Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el costo de la construcción se incrementó un 3,1% en mayo, más del doble del índice de inflación general registrado ese mes, que fue del 1,5%.
En este contexto, construir una vivienda se torna una meta cada vez más difícil para quienes intentan dejar atrás el alquiler. La disparada del índice evidencia el desfasaje entre la evolución de los ingresos y el costo real de levantar una casa.
Con un panorama económico de suma fragilidad, la suba sostenida en los costos del sector plantea nuevos desafíos para los proyectos de vivienda y para el acceso real a soluciones habitacionales. Mientras tanto, para muchas familias, tener una casa propia sigue siendo una aspiración que se aleja.
Además del impacto en los proyectos individuales de vivienda, la suba del costo de la construcción también repercute en el desarrollo de obras públicas y privadas a gran escala, afectando desde emprendimientos inmobiliarios hasta planes de urbanización e infraestructura.
Esta situación genera una desaceleración en la actividad del sector, que ya venía mostrando signos de enfriamiento, y complica aún más el acceso a la vivienda propia.
