Del 11 al 18 de junio, cinco sedes de la Ciudad de Buenos Aires serán el escenario de una nueva edición del Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos (FICDH), que en 2025 llega a su 21ª edición con el lema #AbriendoFronteras. Más de medio centenar de producciones audiovisuales provenientes de 37 países integran la programación, acompañadas de actividades especiales y conversatorios que buscarán reforzar la reflexión colectiva sobre los derechos humanos en un contexto global de creciente tensión política y social.
Organizado por el Instituto Multimedia DerHumALC, el FICDH mantiene su estructura habitual con secciones temáticas dedicadas a Pueblos Originarios, Migrantes, Infancia y Juventud, Salud, Miradas de Género y Panorama, además de funciones especiales y focos particulares. Este año, destacan dos ejes centrales: Identidades Trans y Palestina, que reúnen títulos que exploran las múltiples fronteras —físicas, simbólicas y emocionales— que condicionan la vida de las personas.
El festival se desarrollará en El Cultural San Martín, la Alianza Francesa, el Pabellón 3 de Ciudad Universitaria, el Teatro Empire, el Centro Cultural 25 de Mayo, y tendrá una función especial en el Cine Gaumont.
Entre las producciones más destacadas se encuentra No Other Land, documental que retrata la resistencia del activista palestino Basel Adra y su vínculo con un periodista israelí. A su vez, Noch lange keine Lipizzaner, de la realizadora austríaca Olga Kosanović, explora los conflictos identitarios desde una perspectiva personal. También Gen_, de Gianluca Matarrese, que aborda la atención a la fertilidad y la afirmación de género desde el seguimiento a un médico italiano, se configura como una obra significativa dentro del festival.
Entre las propuestas animadas se encuentra Mariposas negras, una coproducción española que narra la historia de tres mujeres forzadas a emigrar por los efectos del cambio climático. En la misma línea temática, la sección de Cine Ambiental abordará la crisis socioecológica y su impacto sobre los derechos humanos.
El cine latinoamericano tendrá una fuerte presencia con películas como Sugar Island (República Dominicana), que refleja los desafíos de una adolescente domínico-haitiana en un contexto de exclusión social, y Un mundo recobrado, única representante argentina en la competencia de largometrajes, en la que la directora Laura Bondarevsky reconstruye una memoria familiar atravesada por el desarraigo.
