El 4 de diciembre de 2009, el estadio de Vélez Sarsfield fue testigo de un espectáculo único: “Spinetta y las Bandas Eternas”. Aquella noche, Luis Alberto Spinetta reunió a casi 40 mil personas en un viaje musical que abarcó toda su carrera, acompañado de músicos de todas sus etapas y grandes invitados. El recital, que duró más de cinco horas, fue uno de los eventos más icónicos de la música argentina.
El Flaco, conocido por su reticencia a revisar su pasado musical, decidió hacer una excepción y ofrecer a su público un recorrido por sus bandas más emblemáticas: Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Jade y Los Socios del Desierto. Con los integrantes originales de cada formación, Spinetta repasó más de 40 años de música en un show que para muchos fue una celebración del rock nacional.
Esa noche, el escenario se llenó de figuras de peso. Gustavo Cerati, Charly García, Fito Páez, Ricardo Mollo y Juanse se unieron para interpretar junto a Spinetta temas históricos. También hubo momentos de homenaje a otras leyendas: Spinetta interpretó clásicos como “El Rey Lloró” de Lito Nebbia y “Adónde está la libertad” de Pappo, además de recordar a Miguel Abuelo y Tanguito. Sus hijos, Dante y Valentino, también se sumaron al recital en una versión de “Necesito un amor”.
El concierto no solo fue una retrospectiva de su carrera, sino también un tributo al rock argentino en su conjunto. Cada canción, desde “Té para tres” junto a Cerati hasta “Rezo por vos” con Charly García, reflejó la conexión entre Spinetta y los grandes referentes de la música nacional. Fue una noche cargada de emociones en la que la música unió generaciones y estilos.
La magnitud del recital quedó plasmada en un boxset de tres CDs y DVDs, que incluyó material exclusivo como los ensayos previos y un libro de fotografías. Este material no solo inmortalizó el evento, sino que también acercó la experiencia a quienes no pudieron presenciarla en vivo. Para muchos, fue una despedida anticipada del Flaco, quien fallecería apenas tres años después.
Quince años después, “Spinetta y las Bandas Eternas” sigue siendo recordado como uno de los hitos más importantes de la música argentina. Aquella noche, más que un homenaje personal, fue una celebración de la música, la creatividad y el legado colectivo del rock nacional.