El fallecimiento del Papa Francisco conmovió al mundo entero, pero en Argentina, su tierra natal, la noticia caló hondo. Desde Lomas de Zamora, un vecino quiso rendirle homenaje con una historia tan insólita como entrañable: la vez que le regaló una bufanda de Temperley al Sumo Pontífice.
Miguel Cantero tiene 76 años, es vecino de Lomas y fanático del “Gasolero” desde hace más de seis décadas. En octubre de 2013, a pocos meses de la asunción de Jorge Bergoglio como Papa, viajó a Italia para visitar a su hijo Emiliano. Pero llevaba en la valija una misión muy especial: entregarle al Papa una bufanda de su querido Club Atlético Temperley.
“Lo dije en casa y todos se rieron”, recuerda entre sonrisas Miguel en diálogo con Diario La Unión, que aún se emociona al contar cómo lo logró. En plena Plaza San Pedro, en medio de una multitud que aguardaba la salida del Papa en el tradicional Papamóvil, vio su oportunidad.
“Cuando se acercó, empecé a gritarle su nombre. Hice un bollo con la bufanda y se la tiré. Estaba lejos, pero él la agarró en el aire, se la pasó a un asistente y me saludó. Me largué a llorar ahí mismo”, cuenta. La escena quedó registrada en un video que su hijo luego subió a YouTube, convirtiéndose en un recuerdo imborrable para la familia Cantero.
Para Miguel, ese gesto no fue casualidad. “Después de eso, Temperley empezó a ascender. Todos me decían que el Papa nos había dado una mano desde Roma”, recuerda con una mezcla de fe, orgullo y nostalgia.
La reciente partida del Papa Francisco lo tocó profundamente. “Muchos amigos me escribieron diciéndome que se llevó la bufanda al cielo. Para mí fue un honor haberlo visto tan cerca”, concluye conmovido.
Aquella bufanda cruzó océanos y terminó en las manos del primer Papa argentino. Hoy, es parte de una historia que une fútbol, fe y emoción, y que vive en el corazón de un hincha de Temperley y de todo un barrio.