jueves 20 marzo, 2025

Se cumplen dos décadas de Cromañón: la masacre que dejó la corrupción política en CABA

El 30 de diciembre de 2004, una tragedia sin igual sacudió a la sociedad argentina. La masacre en el boliche República de Cromañón dejó 194 muertos y 1.432 heridos, muchos de ellos por inhalación de monóxido de carbono y ácido de hidrógeno, tras un incendio provocado por una bengala encendida durante el show de la banda Callejeros. En ese escenario, la corrupción y la falta de control se convirtieron en los grandes responsables de una catástrofe que marcaría a fuego la historia reciente del país.

El boliche, ubicado en Bartolomé Mitre al 3000, tenía una capacidad para solo 1.031 personas, pero en la noche de la tragedia, más de 4.500 personas se encontraban allí, muchas de ellas con el sueño de cerrar el año con un recital. El acuerdo entre la banda y los dueños del local establecía que Callejeros se quedaba con el 70% de las entradas, mientras que los propietarios del boliche recibirían el 30%. La falta de medidas de seguridad, control y las condiciones precarias del lugar fueron factores determinantes en la tragedia.

La bengala, una acción que parecía habitual en los conciertos, prendió la media sombra del boliche, un material inflamable que estaba prohibido. El fuego se propagó rápidamente, pero lo que hizo que la tragedia fuera aún mayor fue el humo denso que se expandió por todo el lugar. En medio de la desesperación, muchas personas intentaron salir del recinto, pero las salidas de emergencia estaban bloqueadas. Los bomberos tardaron más de 10 minutos en abrir una de las puertas, y cuando lo lograron, la imagen de los cuerpos de las víctimas cayendo sin vida fue el reflejo claro de la corrupción y el abandono institucional.

Días después, las autoridades confirmaron la cifra oficial de 194 muertes, mientras que miles de personas comenzaron a buscar a sus seres queridos entre los escombros de la tragedia. Sin embargo, el dolor no terminó ahí. La desidia del Estado y la falta de contención llevaron a que 17 sobrevivientes se suicidaran años después, una muestra más del profundo vacío de justicia y reparación.

El juicio por la tragedia de Cromañón se inició en 2007, pero recién en 2012 se llegó a un fallo definitivo. Varios responsables, como el dueño del boliche, el comisario y funcionarios del gobierno porteño, fueron condenados por su responsabilidad en la masacre. Sin embargo, los integrantes de Callejeros, quienes fueron inicialmente absueltos, fueron finalmente considerados coorganizadores del recital y condenados en un segundo juicio. A pesar de las condenas, el proceso judicial dejó en evidencia la magnitud de la corrupción que permitió la tragedia, donde coimas, negligencia y falta de control fueron los grandes responsables de la masacre que marcó a generaciones enteras.

A 20 años de la tragedia, la memoria de las víctimas sigue viva, y la lucha por justicia continúa. La masacre de Cromañón, más allá de las condenas, deja una reflexión profunda sobre el costo de la corrupción y la falta de control en cuestiones tan fundamentales como la seguridad en los espacios públicos.

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