La Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sindicato que agrupa a los choferes de colectivos, decidió acatar la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, y se retoró formalmente del paro general convocado por la CGT. A pesar de esta decisión, la central obrera continúa con su plan de lucha contra el gobierno de Javier Milei, y llevará adelante una medida de fuerza de 36 horas que comenzará el miércoles 9 de abril.
El paro general de la CGT tiene dos objetivos claros: por un lado, movilizar a los trabajadores junto a los jubilados en una marcha al Congreso de la Nación, y por otro, realizar un paro total de actividades durante el jueves 10 de abril. La medida de fuerza, que se extenderá hasta el mediodía del jueves, forma parte de la creciente serie de protestas y paros contra el actual gobierno desde su asunción en diciembre de 2023.
Desde la CGT, expresaron su desconfianza hacia la UTA, al considerar que su decisión de no adherir al paro podría ser un intento de debilitar el impacto de la protesta. La UTA había convocado inicialmente un paro para el 28 de marzo, pero debió desistir al acatar la conciliación obligatoria impuesta por el Ministerio de Trabajo. Esta medida se cumple en el marco de una disputa que involucra a los choferes de colectivos, quienes decidieron no sumarse al paro general de la CGT, pese a que la central obrera mantiene su estrategia de lucha.
Por otro lado, los subtes y los sindicatos aeronáuticos (como APLA, APA y UPSA) adherirán al paro, lo que significa que habrá cancelación de vuelos el jueves 10 de abril. El paro en el sector aeronáutico se iniciará a partir de la medianoche del jueves y se extenderá durante toda la jornada.
Este paro general se suma a una serie de protestas que ya enfrentó el gobierno de Milei, quien desde su asunción en diciembre de 2023 ha recibido dos paros generales: uno el 24 de enero de 2024 y otro el 9 de mayo de 2024. Además, desde la CGT anticiparon que habrá otra movilización importante para el 1° de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, continuando con su estrategia de movilización contra las políticas económicas y laborales del actual gobierno.
El paro del 10 de abril, junto con la movilización de los jubilados y los distintos sectores sindicales, refleja el creciente descontento y la presión de la CGT sobre el gobierno de Milei.