El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, aclaró que la decisión de no ubicar la planta de Gas Natural Licuado (GNL) en Bahía Blanca se fundamenta en “conveniencias técnicas y económicas”, y no en la adhesión al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
Tras una reunión con el CEO de YPF, Horacio Marín, Kicillof confirmó que, a pesar del traslado de la planta, YPF llevará a cabo en Bahía Blanca “dos proyectos con inversiones de 2.200 millones de dólares” en la zona del puerto, aunque no se concretarán de inmediato.
El gobernador expresó que considera la situación como “una irresponsabilidad” y un “hecho de enorme gravedad”. Criticó la decisión como una medida que, según él, refleja un “capricho político” y que no responde a cuestiones técnicas. En su opinión, el debate sobre el RIGI es “marginal” en las decisiones de las compañías, y subrayó que el régimen nacional otorga beneficios impositivos y jurídicos independientemente de la adhesión provincial.
Kicillof también cuestionó la postura del presidente Javier Milei, afirmando que “no le interesa la producción y el trabajo” y que una decisión de esta magnitud no debería ser una “disputa entre provincias”. Además, rechazó las críticas de Milei, que calificó de “insultos” hacia quienes discrepan con su visión, y reiteró su identidad peronista, defendiendo sus creencias en justicia social, independencia económica y soberanía política.