El conflicto salarial en el Taladro estalló en el predio de Luis Guillón. Ante la falta de respuestas dirigenciales, el plantel profesional decidió no presentarse a la práctica programada y reclamó por tres meses de sueldos adeudados. La medida buscó forzar una solución inmediata en un club atravesado por la crisis económica e institucional.
La jornada estaba pautada para la tarde, pero la ausencia del dinero comprometido activó el paro. Los futbolistas acordaron en grupo no salir a la cancha y elevaron el malestar a la comisión directiva. El cuerpo técnico que encabeza Pedro Troglio sí acudió a trabajar, aunque lo hizo sin plantel disponible y con la incertidumbre sobre los próximos pasos.
En caso de que la situación no se destrabe, los jugadores planearon retomar la actividad este martes en otro predio, con ropa propia y sin usar la indumentaria oficial del club. El mensaje apuntó a sostener la protesta y a la vez mantener la preparación física, en un calendario que no da respiro.
El reclamo llegó en un momento clave de la temporada. Los referentes ya hicieron llegar su descontento a la dirigencia, que buscaba una salida rápida para evitar que el conflicto escale. La deuda por tres meses de salario, confirmada en el entorno del plantel, volvió a exponer la fragilidad financiera de Banfield, que días atrás había celebrado un triunfo ante Tigre en el Florencio Sola.
La pelota, por ahora, quedó del lado de los directivos. Sin un esquema de pagos claro y con el vestuario en pie de protesta, el Taladro sumó un nuevo capítulo de tensión que amenaza con trasladarse a la competencia si no aparece el dinero.


