Un estudio de Zuban & Córdoba muestra que 71,4% tiene imagen negativa del diputado libertario, sólo 21,6% cree en su “inocencia” y 68,6% no le cree la defensa. Para 76,3% el escándalo pega de lleno en el Gobierno nacional.
El “caso Espert” dejó de ser un problema individual y se convirtió en un cisne negro para el oficialismo libertario. Según la encuesta de Zuban & Córdoba, la imagen del candidato de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires aparece fuertemente dañada: 71,4% lo evalúa de manera negativa contra 26,4% positiva, con márgenes mínimos de indecisos.
La credibilidad pública de su descargo también se desploma. El 68,6% considera “no creíble” la defensa que ensayó en los medios y apenas 27,9% la avala. En la misma línea, sólo 21,6% acuerda con la frase “Espert es inocente”, dato que confirma que el relato defensivo no perfora más allá del núcleo duro.
El impacto ya salpica a la Casa Rosada: 76,3% de los consultados entiende que lo que ocurre con Espert afecta negativamente al gobierno de Javier Milei, frente a un exiguo 14% que imagina un efecto positivo. La lectura política es simple: el escándalo refuerza la percepción de doble estándar en el discurso “anticasta”.
La salida que propone la mayoría también es nítida. Un 62,9% cree que Espert debería renunciar a su candidatura, contra 30,4% que prefiere que la mantenga. Con una economía en recesión y el dólar en tensión, el humor social muestra poco margen para tolerar episodios vinculados a financiamiento opaco: la ola en contra ya no sólo arrastra a Espert, también desgasta a Milei.
