Según Consumidores Libres, el pan encabezó las subas del mes y la carne picada volvió a empujar en carnicerías. El dato confirma la persistencia de la inflación en la mesa mientras el Gobierno insiste con el ajuste. Así lo notificó un informe de Inforegión.
Consumidores Libres informó que “el precio de los 21 productos de la llamada ‘canasta básica de alimentos’ tuvo un aumento del 1,69 por ciento durante el mes de setiembre del año 2025. Desde el 1° de enero la suma acumulada es del 20,87%”. En un contexto de salarios rezagados, el dato refleja que la inflación no afloja donde más duele: en los alimentos de consumo cotidiano.
El pan fue el protagonista del mes: subió 7,5% y costó $3.000 más que en agosto. En la canasta de almacén, que pasó de $38.990 a $39.360 (0,95% mensual y 13,49% en el año), también treparon el aceite (1,79%) y la harina (1,33%). En verdulería, las berenjenas aumentaron 12,5% y el tomate 10%, llevando el combo de $18.600 a $19.300 (3,76%).
En carnicería hubo movimientos dispares: el asado bajó 0,60%, la bola de lomo quedó sin cambios, la paleta subió 3,88% y la carne picada —la más consumida— trepó 4,44%. La suba mensual del rubro fue de 1,52% y acumula 41,55% en nueve meses, con un combo que no bajó de $54.200. La película del año muestra un goteo persistente: 1,81% en enero, 1,97% en febrero, 3,19% en marzo, 2,92% en abril, 2,58% en mayo, 1,14% en junio, 1,82% en julio y 2,06% en agosto.
El panorama confirma que, lejos del “derrame”, la política económica oficial sigue licuando ingresos mientras los formadores de precios sostienen su rentabilidad. En 2024 la canasta básica de alimentos había trepado 106,21%: con el 20,87% acumulado en 2025, la mesa de los argentinos continúa siendo la variable de ajuste de un modelo que privilegia a pocos y castiga al consumo popular.