A pesar del discurso oficial que destaca una mejora macroeconómica, una porción significativa de los trabajadores argentinos destinará el aguinaldo de mitad de año a gastos esenciales. Según un relevamiento de la consultora Focus Market, el 31% de los asalariados utilizará ese ingreso para afrontar obligaciones como servicios, expensas, cuotas escolares, medicamentos y alimentos.
El dato marca un fuerte contraste con años anteriores, cuando el Sueldo Anual Complementario (SAC) se vinculaba más con decisiones de ahorro, consumo o descanso. En diciembre de 2024, por ejemplo, el principal destino del aguinaldo eran las vacaciones, una opción que ahora cayó al cuarto lugar en las preferencias. El giro en la asignación de este ingreso refleja el impacto de la crisis económica en los hogares y el peso creciente de la urgencia en la administración de las finanzas personales.
El informe también reveló un cambio en el comportamiento financiero de los trabajadores. Históricamente, la compra de dólares ocupaba un lugar destacado entre las decisiones vinculadas al aguinaldo, como una forma de resguardo ante la volatilidad económica. Sin embargo, en este 2025, esa alternativa quedó relegada, en un escenario en el que la necesidad inmediata prevalece sobre el resguardo a mediano plazo.
Asimismo, el uso del aguinaldo para cancelar deudas mostró una caída considerable, con apenas un 9% de los encuestados inclinándose por esa opción. También disminuyó la estrategia de “stockeo” en supermercados, que solía utilizarse como defensa ante posibles aumentos de precios.
La encuesta refleja una resignificación del aguinaldo: lejos de representar un excedente para el disfrute o la inversión, hoy se percibe como una herramienta para sostener la economía del hogar. En un contexto donde el salario promedio sigue sin alcanzar para cubrir el total de los gastos mensuales, el ingreso adicional se transforma en un salvavidas temporario para miles de familias.