El inicio de noviembre trajo consigo un nuevo ajuste en los precios de los combustibles, dispuesto por el gobierno nacional. Aunque el aumento fue menor al anticipado, con una suba del 2,75% frente al 4% esperado, el impacto se suma a una serie de incrementos que acumulan un 166,5% desde diciembre de 2023. Este ajuste, que aplica en todo el país, busca compensar los efectos de la devaluación de octubre y la actualización de impuestos.
YPF fue la primera petrolera en implementar este ajuste, y se prevé que otras empresas como Shell, Axion, Puma, Dapsa, Gulf y Refinor lo sigan en breve. En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta súper de YPF alcanzará los $1.077 por litro, subiendo desde los $1.048. Este incremento ha llevado los precios locales muy cerca de los niveles internacionales, aunque esta semana el precio del crudo en el mercado mundial mostró una baja.
El nuevo aumento llega apenas un mes después de la primera reducción en los precios de los combustibles en casi seis años, cuando en octubre se aplicaron bajas del 1% para la nafta y del 2% para el gasoil. No obstante, el precio de la nafta ha aumentado cerca del 95% en lo que va del año, mientras la inflación acumulada se estima en torno al 114% para finales de noviembre.
En este contexto, las ventas de combustibles en estaciones de servicio han mostrado un descenso significativo, acumulando una caída del 6% en lo que va de 2024. Los aumentos continuos en el precio de los combustibles siguen golpeando el bolsillo de los argentinos, sumando presión a la ya compleja situación económica del país.