La tensión era palpable en el estadio tras la derrota de Boca 1 a 0 ante River en el Superclásico. En un contexto de emociones a flor de piel, Leandro Brey se convirtió en un héroe inesperado al intervenir para evitar un enfrentamiento entre su compañero, Sergio “Chiquito” Romero, y un grupo de hinchas descontentos. La situación, que prometía escalar en violencia, fue controlada gracias a la rápida acción del ex Los Andes y otros presentes.
El partido, que dejó a Boca en una posición vulnerable, no solo se vio marcado por la victoria de River, sino también por la baja actuación de Romero. El arquero, que había sido cuestionado en semanas anteriores por errores garrafales, sumó críticas tras su floja intervención en el gol de Manuel Lanzini y un grave fallo en el primer tiempo que casi le cuesta al equipo un segundo gol del Millonario. Este desempeño acumuló la presión sobre su figura, convirtiéndolo en el blanco de la furia de algunos hinchas.
Al finalizar el encuentro, cuando Romero se dirigía al túnel que lo llevaría al vestuario, un grupo de plateístas lo abordó para manifestar su descontento. La situación se tornó violenta en cuestión de segundos, creando un clima de peligro para el arquero. Fue en ese momento que Brey, junto a otros compañeros y asistentes, tomó la iniciativa de contener la situación, evitando que se convirtiera en un verdadero escándalo.
La intervención de Brey fue crucial y resaltó la importancia del compañerismo en situaciones críticas. En tanto, la figura de Romero seguirá en el centro de la tormenta, mientras el club busca recuperar la confianza de su hinchada.