martes 2 diciembre, 2025

Crisis en la industria del juguete: advierten sobre el impacto de la caída del consumo y la competencia importada

La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) alertó que el sector atraviesa uno de los momentos más delicados de las últimas dos décadas. Según el informe de la entidad, una combinación de factores demográficos, culturales, económicos y regulatorios presiona a toda la cadena productiva y comercial, configurando un escenario de crisis.

La demanda estructural de juguetes se reduce de manera sostenida. Datos del INDEC indican que la población de 0 a 14 años cayó de 10,4 millones en 2022 a una proyección de 6,8 millones para 2035. Este descenso, acompañado por una baja del 42% en la tasa de fecundidad desde 2015, reduce la base de consumidores potenciales. Paralelamente, el avance de las pantallas desplaza tiempo de juego con juguetes físicos, impactando en los hábitos de consumo.

El mercado local enfrenta una sobreoferta marcada por excedentes de stock del año pasado, lo que frena la producción y presiona los precios. El consumo en jugueterías de cercanía, cadenas y supermercados no muestra señales de recuperación. Mientras, el comercio electrónico, que representa el 25% de las ventas, plantea desafíos logísticos para las pymes. El ticket promedio de compra ronda los $35.000, y la mayoría de las transacciones se realiza con tarjeta de crédito.

Uno de los puntos críticos es el ingreso récord de productos importados. Entre enero y octubre, las compras externas sumaron US$91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos, con aumentos del 59,5% en valor y del 94% en volumen respecto de igual período del año anterior. China represento el 85,7% del valor y el 94,4% del volumen total importado. “En un año pasamos de 199 a 530 importadores de juguetes”, remarcó el presidente de la CAIJ, Matías Furió, quien calificó el fenómeno como “una avalancha sin precedentes”.

La cámara señaló que, aunque la industria local puede competir en calidad y diseño, enfrenta una asimetría estructural frente a China, donde los costos laborales, energéticos y ambientales son menores y existen incentivos a la exportación. Este contexto describe un deterioro acelerado, con ventas estancadas, ingreso masivo de nuevos operadores importadores y un comercio minorista tensionado.

Ante este panorama, la CAIJ presentó una agenda de reclamos que incluye reforzar los controles en frontera y en plataformas online, exigir el marcado de conformidad con QR en todas las publicaciones, asegurar la trazabilidad en el territorio y fiscalizar las importaciones de bajo valor. El objetivo declarado es proteger la salud de los niños, garantizar competencia leal y evitar la pérdida de producción y empleo en el sector.

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