hoy, 22 de octubre, se conmemora en Argentina el Día Nacional del Derecho a la Identidad. La fecha fue establecida por la Ley 26.001 del año 2004, sancionada por el Congreso Nacional, con el objetivo de reconocer la trayectoria y lucha de la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo. La efeméride busca promover la reflexión sobre la importancia del derecho a la identidad, consagrado en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
El origen de esta conmemoración se remonta al 22 de octubre de 1977. Ese día, doce mujeres, entre las que se encontraba Estela de Carlotto –actual presidenta de la institución–, fundaron la organización “Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos”. Su acción surgió en el contexto de la última dictadura cívico-militar, que comenzó el 24 de marzo de 1976, y que derivó en la desaparición de aproximadamente 30.000 personas.
Entre las víctimas se encontraron centenares de niños. Muchos fueron secuestrados junto a sus padres, mientras que otros nacieron en centros clandestinos de detención mientras sus madres permanecían cautivas. Según la historia documentada por Abuelas, en lugares como la ESMA o Campo de Mayo funcionaron maternidades clandestinas, donde unos 500 niños fueron apropiados y privados de su identidad como parte de un sistemático “botín de guerra”.
Frente a esta situación, madres y abuelas iniciaron una búsqueda que implicaba un alto riesgo personal, en un marco donde preguntar por un desaparecido podía convertir a quien lo hiciera en una nueva víctima. La respuesta fue organizarse de manera no violenta. Un grupo de madres comenzó a realizar rondas silenciosas los jueves en la Plaza de Mayo, portando fotografías de sus familiares y usando un pañuelo blanco en la cabeza para reconocerse.

El camino hacia la formalización de las Abuelas se consolidó en octubre de 1977. Con la visita a Argentina del secretario de Estado de los Estados Unidos, Cyrus Vance, las Madres de Plaza de Mayo irrumpieron en un acto oficial para entregarle una lista con nombres de desaparecidos. Ese evento reunió por primera vez a las doce abuelas fundadoras. Al día siguiente, el 22 de octubre, constituyeron formalmente su asociación.
Uno de los hitos fundamentales en su lucha fue la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos. Esta institución fue establecida por ley del Congreso Nacional en 1987, con el objetivo científico de almacenar perfiles genéticos para comprobar la filiación de los niños y niñas apropiados durante la dictadura. Esta herramienta se ha convertido en un pilar irremplazable para la restitución de la identidad.
A lo largo de más de cuatro décadas, la incansable labor de las Abuelas de Plaza de Mayo ha permitido la restitución de 140 identidades. Su lucha, inicialmente centrada en la recuperación de sus nietos, trascendió lo personal para instalar en la sociedad argentina la defensa del derecho a la identidad como un derecho humano fundamental, garantizando que ninguna otra generación enfrente una vulneración semejante.